viernes, 26 de agosto de 2011

El uso del láser en la conservación del Patrimonio Industrial




El metal es uno de los materiales protagónicos en los espacios y objetos considerados como patrimonio industrial. Por supuesto no es el único, pero si quizás el de mayor presencia. Por ello, la corrosión, calificada como el cáncer de los metales, es también el enemigo de este tipo de patrimonio.

Aunque en el mundo ya se usa una técnica muy eficaz y moderna, como es la limpieza con láser, para combatir la corrosión, en el Perú, los pocos casos de restauración y conservación del patrimonio industrial, han incluido e incluyen todavía, métodos de limpieza que involucran el lijado o el arenado, y hasta el “rasqueteado”. Estos usos obviamente no observan una prolijidad en la conservación de este patrimonio, ya que lo brusco y rudimentario del procedimiento, dañan sobremanera el soporte (metal, piedra, cemento, madera, etc.).

Como se sabe, un láser (Light Amplification of Stimulated Emission of Radiation) es un dispositivo que emite un haz de luz de un único color y en una sola dirección, convirtiéndose en una forma de energía muy concentrada, donde hay radiaciones visibles e invisibles. Existen multitud de tipos de láseres y para una variedad de aplicaciones, siendo una de estas para la conservación y restauración de obras de arte, monumentos, objetos industriales, entre otros.


La aplicación del láser para la restauración se dio poco después de su invención. Se descubrió que la tinta de una máquina de escribir podía ser retirada selectivamente del papel debido a un fenómeno llamado ablación láser. La ablación supone la eliminación de material cuando éste absorbe la luz láser. El resultado es mucho más complejo, ya que depende no sólo de la energía disparada sobre el material sino también su focalización, la longitud de onda de la radiación, la duración de los pulsos, la atmósfera en que se actúa y las características del material. Todo ello, hace a este sistema muy adecuado para su uso en la restauración del patrimonio cultural, por su detallismo, rapidez y precisión milimétrica. Como nos comenta el experto en restauración, Victor Chang Joo. “con la limpieza láser NYAG, la eliminación del material es selectiva, no se dañan zonas indeseadas debido a la distinta absorción de la luz láser por los distintos materiales, existe un control preciso de la cantidad de material eliminado, se omite el uso de disolventes que suelen ser tóxicos y/o contaminantes. Es un procedimiento rápido y cómodo. Las técnicas láser permiten a veces tratar superficies en las que otras técnicas convencionales no pueden aplicarse o resultan mucho más costosas”.

Entre las obras intervenidas con este método podemos citar las pinturas murales de las catacumbas romanas de Santa Tecla o la Catedral de Burgos. Manuscritos, tejidos, monumentos líticos y ferrocarriles también han sido restaurados con la ayuda del láser.

Chang comenta además que al Perú llegó esta tecnología a inicios de los 70’, como parte del paquete de compra de los tanques rusos T55, para quitar la pintura y repintarlos rápidamente con pintura especial que evadan los radares. Estos módulos de “cleaning laser”, fueron con el tiempo canibalizados y nunca se usaron para otras actividades. Sería muy resaltante que futuros trabajos locales de restauración, no solo del patrimonio industrial, utilicen esta tecnología, como por ejemplo en la recuperación y restauración de nuestro patrimonio ferroviario o en casos de vandalismo grafitero en monumentos arqueológicos, como lo sucedido años atrás en la Piedra de los Doce Ángulos, ubicada en el pasaje Hatun Rumiyoc del Cusco, donde se empleó solamente disolventes y métodos de papetas.


Neydo Hidalgo

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